Y al levantar la cabeza, estabas ahí, como hacia apenas unos segundos... seguías ahí.
Y a partir de ese momento, a cada instante siguiente, a cada día, en cada minuto, estabas para abrazarme y entenderme.
Hoy otra vez me sangras, hoy como siempre, una vez más me duele la ausencia de intentar ser una, completa desde los pies a la cabeza.
Esa noche me falaste, eras mi mejor sueño, mi unico regalo.
Mi navidad perdio frescura, la habia guardado en una cajita junto a las
ojas del otoño que pasamos juntos y los suspiros helados de julio en la terraza...
Me falta mi mejor canción...
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