sábado, 2 de mayo de 2009

El Principito, la Boa y ese planeta tan lejano


Fue como encontrar ese libro tan querido, que leíste una y otra vez, pero siempre en momentos diferentes de la vida. Que recordás a cada momento; una frase, una imagen, que al pensarlo y recorrer sus páginas, volvés a sentir ese cosquilleo, esa emoción rara que te hace suspirar.

Fueron mil preguntas, mil maneras de gritarte y arrancarte de la cajita en la que te tenía metido, justo al lado del corazón, justo en el medio de mi alma.
Fueron grandes excusas, tantos temas resumiendo tanto tiempo.

Fueron 40 minutos que enfrascaron más de 6 meses; fue mi vida acoplada a tu existencia de una forma tan vanal, que sería imposible explicar y menos aún, entender.

Fue reducir todo mi ser a tamaño molecular, justo en el momento en que se me paraba el corazón con tu pregunta, con esa pregunta que me despalpitaba.

Fui Ave Fénix.
Nací con tu voz y me deshice con tu respuesta.

Hoy sigo dolida, como ayer.
Hoy sangro otra vez, por vos y tu querer.
Hoy ya no duermo y el sol que ayer me sonrojaba, hoy ni siquiera calienta.
Hoy no estoy para nadie


No hay comentarios: